Editorial Prensa Nacional marzo abril 2011

EDITORIAL PRENSA NACIONAL QUEBRACHO n°71, Marzo-Abril 2011

HACIA EL 7° ENCUENTRO NACIONAL DE LA MILITANCIA

Convertir a Catamarca en una muestra en escala de lo que serán las elecciones nacionales asoma como una pretensión descarada e inconsistente en un sentido, ya que, como lo señalara un conspicuo gorila de estos que se la pasan ninguneando todo, Catamarca sólo representa el
1 % del electorado nacional. Por otra parte esto no deja de ser un exponente de la situación política electoral a que se enfrenta nuestro Pueblo.
Un oficialismo que no se anima a prescindir de los sectores más emblemáticos de la politiquería perversa y clientelar, aparece asociado a los Saadi y Barrionuevo; y una oposición orgánica torpe al punto de llevar al monigote que tenemos de vicepresidente para mostrarlo en un escenario de derrota. Lo que asomó con la pretensión de tercera fuerza se llevó el triunfo municipal en Andalgalá, tras la candidatura del radical, que a pesar de haber ganado las elecciones internas partidarias, no fue acompañado por su parido, para terminar reconvertido en candidato de Pino Solanas.
Mención aparte merece la situación de Valle Viejo, donde triunfó la candidatura de un movimiento popular enrolado en el kirchnerismo, pero que ante la proscripción y los arreglos superestructurales que le negaban participación y reconocimiento, resolvió presentar una candidatura propia sin la bendición oficial.
Esa es la realidad electoral que vivimos hoy ya lanzado el año.
Mientras tanto, desde el gobierno nacional se repiten los discursos épicos en escenarios que van desde la obra pública hasta los actos de “la militancia”, donde a pesar de la militancia y del relato de la “nueva política”, no dejan de ladear a la presidente personajes como mano dura Scioli, o el perverso Urtubey, cuando no el saqueador Gioja.
Y el arquetipo de la militancia juvenil que proponen desde las usinas propaladoras oficiales no es el de aquellos militantes de bombo y pintada, de vocación y desinterés, sino el de los yuppies nac & pop funcionarios de La Cámpora. Nada más alejado de aquella juventud maravillosa que supo tener su reconocimiento en los años de lucha, resistencia y construcción de poder desde abajo, no desde los despachos.
Mientras, sigue agazapado un discurso y una práctica racista y disolvente que aparece cada tanto. Hace pocos días nuevamente, en la toma de viviendas de Soldati, pudimos comprobar el desprecio de los sectores institucionales hacia lo popular, quedando los compañeros y sus necesidades como fichas de un gran juego que disputa competencias jurisdiccionales, judiciales, represivas; que convierte las reivindicaciones de los compañeros en un problema represivo y no en un problema social.
Algunos sectores populares, con desigual suerte, van encontrando su cauce electoral y sin la necesidad de tragarse ningún sapo, intentan abrirse espacio y construir propuestas propias. Ninguna de estas intenciones tiene un peso específico capaz de reconfigurar el mapa nacional, sin embargo van mostrando un camino posible. Algunas expresiones que la gran prensa llama colectoras, intentan también la construcción de candidaturas más autónomas y despegadas de las prácticas tradicionales de la partidocracia local.
Las alianzas desesperadas que terminan rejuntando vocaciones y lecturas de la realidad y de la historia muchas veces enfrentadas entre sí, padecen la misma esclerosis y limitaciones que le critican a los aparatos partidocráticos del régimen. La misma falta de audacia y confianza en el Pueblo los hace privilegiar acuerdos con los hombres que de buena medición en las encuestas, antes que intentar articular un verdadero Proyecto Popular protagonizado por los sectores populares organizados y movilizados.
Entre los dolores que mas nos afligen debemos anotar la ruptura de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que entrampada en una interna que se externiza, presentó a quienes hasta ayer decían sostener otro modelo sindical, tener otras prácticas democráticas, ser independientes de los partidos y de los gobiernos; acusándose de fraudes y de prácticas reaccionarias. El conflicto termina en dos expresiones de este espacio que objetivamente, como toda partición de un espacio popular, será leído por algunos como fortalecimiento, por la comunidad de objetivos en cada parte. Pero otros intentaremos decir que es el debilitamiento de una herramienta unitaria con que contaba nuestro pueblo para expresarse y construir derechos.
Zanola sigue preso por malversación, habiendo sido un “intocable” de la peor versión del sindicalismo. Pedraza también preso por ser organizadora de la emboscada que terminó en el asesinato de Mariano Ferreyra. “Momo” Venegas, sin embargo, no duró ni 24 hs. en una celda, cuando desde Duhalde a Moyano, pasando por Micheli y la oposición careta, salieron airosamente a frenar semejante avanzada que nadie pudo -ni supo leer- como otra cosa que no sea un ataque del gobierno al corazón del duhaldismo.
Esto expone, por un lado, fortalezas que permiten que lo flagrate en algunos casos pueda condenarse efectivamente; pero también las debilidades que muestran tropa propia (o quinta columnas) y opositores, más que defendiendo a Venegas, cubriendo sus espaldas. Nos toca señalar que en las tantas veces que nuestros compañeros fueron detenidos y perseguidos, muchos de estos personajes que hablaron por Venegas, que hablaron de proteger la “institucionalidad”, no supieron o no quisieron ver en las persecuciones sobre los nuestros, golpes a las acciones de resistencia que a la larga buscan debilitar al pueblo.
¿Y en este marco cómo forjar la unidad?
Hace unos cuantos años, los 24 de marzo eran capital de un puñado de organizaciones y compañeros que ahí andábamos amasando la memoria. Ahora enfrentaremos la disputa de distintos sectores por arrogarse el propio 24 de marzo como propiedad de su espacio. En un sentido es algo saludable porque está dando cuenta de que la memoria se ha convertido en política popular y masiva. Pero no deja de tener su costado lúgubre, mezquindad, y la pretensión proselitista de administrar nuestra memoria.
Por eso creemos que en este caso como, en todo lo referido a afianzar nuestra identidad nacional de resistencia, debemos ser capaces de sortear las trampas de los mediocres y poder compartir con todos los compañeros esa construcción. No habrá una plaza más genuina que otra. Todas las plazas del 24 las construyen los sectores populares. Y si de Pergaminos se trata, nadie mejor que nuestro pueblo para exponerlos, no como porción de la sociedad, como individualismos, o personalidades, sino como Pueblo.
Con esta inspiración, la militancia del MPR QUEBRACHO se enfila de cara a nuestro 7° Encuentro Nacional en el mes de abril. Mucha historia, riquísima historia de lucha ha pasado desde nuestro nacimiento como organización política. Será el compromiso de las nuevas camadas de militancia el construir una doctrina de lo que hemos caminado, y desde ahí, parir una política que no solamente se muestre coherente y leal a nuestras ideas, sino que resulte efectiva como herramienta para nuestro Pueblo en su larga marcha hacia la recuperación de la soberanía política, nacional y la construcción del socialismo.