En la tarde de ayer miércoles 16 de noviembre en Santiago del Estero, otro luchador popular fue asesinado por una banda de mercenarios a sueldo de los empresarios de los agronegocios.
Cristian Ferreyra, un joven de 23 años, integrante de la Comunidad San Antonio, a 60 km de Monte Quemado, en el norte de esa provincia, miembro de la MOCASE-Vía Campesina, fue fusilado por dos sicarios enviados por el empresario sojero de apellido Ciccioli, quien desde hace tiempo venía amenazando a los campesinos porque resistían los desalojos y la entrega de sus tierras. Otro compañero está herido e internado en un hospital de Santiago.
Los compañeros lo denunciaron e hicieron públicas las agresiones y amenazas. Pero ni la justicia, ni la policía, ni el gobierno escucharon. Y ahora fusilaron a Cristian.
Este asesinato se da en el marco de amenazas, agresiones, ataques sistemáticos, que vienen sufriendo distintas comunidades de la región, en Copo, Pellegrini y Alberdi desde hace 4 meses.
Es un nuevo ejemplo de lo que también pasa en nuestra Argentina. Un ejemplo de lo que viene ocurriendo desde hace años, no solo en esta provincia donde los amigos y socios de los Juárez todavía gobiernan y siguen con sus negociados. Algo que nadie desde los gobiernos trata de cambiar. Porque cambiarlo significa tocar grandes intereses económicos.
Santiago del Estero es presa de los empresarios de rapiña de que vienen a asaltar y tomar las tierras que ocupan los campesinos para instalar sus agronegocios. Esos empresarios tienen nombre y apellido: los Julianes, los Ciccioli, los Ricardo Villa, los Saud.
Estos hechos son posibles porque los sicarios y sus patrones empresarios saben que tienen impunidad, que tienen carta blanca para amenazar, tratar de expulsar a los campesinos y quedarse con sus tierras. Porque hay complicidad con los poderes locales. Porque la institución justicia apaña a los asesinos. Porque las fuerzas policiales los protegen. Porque el gobierno de Zamora hace oídos sordos. Porque los empresarios sojeros son sus socios y amigos. Porque todos estos les dan garantía y libertad de acción a los que hambrean y asesinan a los campesinos.
Hoy tenemos que sufrir otro compañero muerto por luchar por sus derechos, por luchar por un futuro posible para su familia y su comunidad en un presente que es para ellos de hambre y terror blanco. Pero las muertes y los asesinatos en la Argentina profunda no tienen resonancia. Los gobiernos no escuchan y miran para otro lado. El gobierno provincial, porque esos sicarios y empresarios asesinos son sus socios. ¿El gobierno nacional dará respuesta? ¿Le importa la muerte de los pobres del campo? ¿O pesan más los intereses de los ricos del campo?
Mientras tanto, el modelo sojero, el modelo agroexportador sigue buscando imponerse y avanzar por medio de la violencia sobre la soberanía popular de nuestros compatriotas, cobrándose hoy nuevas víctimas.
Los únicos que van a evitar los desalojos y desmontes de los campos son los mismos campesinos organizados, resistiendo y luchando. Como el MOCASE-Vía Campesina, que lleva 21 años de organización y lucha por lo que es de ellos: la tierra.
Cristian Ferreyra Presente!!!
Ni un metro más, la tierra es nuestra!!
Basta de asesinar a los luchadores populares!!
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